sábado, 15 de noviembre de 2014

El aceite de oliva cierra una campaña histórica gracias a las exportaciones


El sector alcanza una producción de 1,78 millones de toneladas y unas ventas de 1,64 millones, de las que 1,11 son destinadas al mercado exterior, en especial a los países de la Unión Europea.
Si hay un producto entre las excelencias gastronómicas patrias que destaca por encima de los demás en España, es el aceite de oliva. De hecho, el país sigue siendo hoy por hoy la primera potencia mundial productora y exportadora, con una superficie de olivar que ronda los 2,5 millones de hectáreas y una producción que se cierra este otoño como una «campaña histórica». Y no es para menos, ya que el sector ha tenido entre octubre de 2013 y septiembre de 2014 una producción que ha alcanzado 1,78 millones de toneladas y unas ventas de 1,64 millones de toneladas, de las que 1,11 millones se han destinado a la exportación, tal y como confirma la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA). 

 Según determinó la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, aunque el mercado nacional evoluciona de manera muy positiva, con unas ventas de 530.500 toneladas, un 6,2% más que en la pasada campaña, ha sido la demanda de otros países la que ha permitido dar salida a este oro. 
De este modo, las ventas en el exterior se han doblado en solo una década al pasar de 550.981 toneladas en la campaña 2004-2005, a 1.100.000 de la campaña 2013-2014. A su vez, se ha diversificado la cartera de clientes por todo el mundo. Según los datos de Aduanas, España ha vendido aceites de oliva en 162 países, mientras que hace una década se hacía en 127. 
Los clientes, según destaca la interprofesional, muestran una gran diversidad, desde Italia (con 471.305,91 toneladas en los primeros 11 meses de campaña) a Liechtenstein, el cliente más pequeño (10 kilos vendidos). 
Europa sigue siendo el principal destino, ya que hasta agosto se registró el 76,02% del volumen de las exportaciones. Concretamente de 42 países, de los que los 27 que forman parte de la Unión Europa, adquirieron el 74,23% de todo el producto exportado. 
Por otro lado, América fue el destino del 13,05% de las exportaciones entre enero y agosto, 33.300 toneladas y dentro del continente, Estados Unidos es el primer cliente y el tercero en volumen en todo el mundo, superando a países como Francia y el Reino Unido, mientras que unido a los otros tres grandes mercados, Brasil, México y Colombia, acumulan más del 92% de la demanda de aceites de oliva de origen español. 
Asia, por su parte, ha comprado 81.189,67 toneladas en el mismo período, el 7,95 por ciento de lo vendido en todo el mundo. Tres países (Japón, China y Corea del Sur) superan la barrera de las 10.000 toneladas, de tal forma que en su conjunto acumulan el 66,12 por ciento de todas ventas en es este continente. 
Para el responsable de la Interprofesional, Pedro Barato, estos logros «no son fruto de la casualidad sino que el sector lleva años trabajando en la apertura de nuevos mercados, en incrementar la demanda y, sobre todo, en reposicionar la imagen de nuestros aceites como los de mayor calidad del mundo». 
 De hecho, una de las principales labores que está desarrollando la Interprofesional del Aceite de Oliva Español es la promoción internacional del producto en 13 países.
Arraigo cultural. El aceite de oliva es un producto con gran arraigo en la cultura gastronómica española desde hace miles de años. 
Fueron los fenicios quienes dieron a conocer este producto a los habitantes de la Península ibérica en el siglo XI a.C. y durante la época romana el consumo de aceite de oliva se extendió rápidamente. De esta manera, la provincia Bética, la actual Andalucía, se convirtió en la principal zona productora de todo el imperio. Tras la caída de Roma, el uso de aceite de oliva se mantuvo a través de los siglos hasta nuestros días.
Los tipos de aceituna empleados en su producción son diversos, según la zona geográfica. Son, precisamente, las características propias de este fruto las que determinarán sus propiedades organolépticas de sabor y aroma. 
La más común es la picual o marteña, originaria de los campos de cultivo de Jaén, y que representa el 50% de la producción española y un 20% de la mundial. En este caso, por ejemplo, aporta al aceite tonos verdosos. Otras variedades comunes son la hojiblanca y picuda, materia prima de los caldos que vienen de provincias del sur como Córdoba y Málaga; la arbequina es más común en los campos de cultivo de Cataluña, mientras que la empeltre es la más característica del aceite del bajo Aragón. Otra más es la cornicabra, variedad habitual en Castilla-la Mancha y Extremadura.

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